lunes, 29 de noviembre de 2010

Capítulo 1

Un año más tarde

Abrí los ojos y vi el reloj, eran las 8.03 de la mañana del 3 de julio, llevaba varias noches sin poder conciliar el sueño, dos meses exactamente, ya llevaba un mes desde la última vez que vi a Adam, mi humor no había vuelto a ser el mismo, el de Adriana tampoco, todo había cambiado en la casa, se respiraba diferente; Andrés era el que llevaba mejor las cosas, era quien nos daba aliento para levantarnos. Cada mañana me despertaba deseando que todo hubiera sido un sueño, un mal sueño, despertar en mi casa de Venezuela, donde todo era normal y feliz, pero no me quedaba más que quedarme en la realidad y seguir viviendo como fuera posible.

Me levanté y me lavé la cara, encendí el televisor de mi cuarto mientras me cambiaba de ropa, las noticias eran monótonas, siempre pasaba lo mismo: robos, secuestros, asesinatos, pero era algo normal, ya no se escuchaban asesinatos en el bosque incógnitos ni nada por el estilo, eso dejaba claro que los vampiros se habían ido, incluso Phoebe desapareció, nunca la volvimos a ver en la universidad. “toc, toc”

-Pasa…_ era Andrés

-Estás lista?

-Váyanse ustedes, no amanecí con ánimos de salir_ Andrés entró

-Alex, vamos! No puedes estar encerrada toda la vida

-No te preocupes, yo sé lo que necesito, y si necesito aire fresco lo buscaré, y ese momento no es ahora. Váyanse ustedes, distrae un poco a Adriana, a ella si le hace falta

-No tienes por qué hacerte la fuerte siempre Alex

-Si tengo que…._ me acarició la mejilla

-Segura que vas a estar bien?

-Me las se arreglar sola

-Si necesitas algo llámanos, vendremos enseguida

-Tranquilo, pásenla bien, tráiganme algo de allá_ me besó en la frente y salió de la habitación.

Andrés, Simon y Vanessa habían planeado este viaje a Winnipeg hacía un mes antes de salir de vacaciones, para distraernos a Adriana y a mí, pero la verdad es que no me sentía bien, no estaba de ánimos para salir a ninguna parte, prefería quedarme en casa encerrada, así no perturbaba a nadie, era como morir en silencio, aunque en realidad no iba a morir del dolor, nadie moría de despecho ni depresión y mucho menos de amor. Porque si fuera así, ya hubiera muerto hacía semanas atrás.

Empecé a tender la cama cuando Simon y Vanessa entraron a mi habitación

-Como que no vas con nosotros?_ preguntó Simon

-Prefiero quedarme a descansar en casa, no estoy de ánimos para salir

-Alex no pareces tú, esa no es tu actitud. Que quieres? Dar lastima?

-Se que no soy yo y simplemente no quiero salir ni ver a nadie, váyanse ustedes y déjenme sola por favor. Si doy lastima, lo siento, pero así me siento y tienen que respetarlo, ya veré como me recupero

-Alex, pero….

-Váyanse a Winnipeg sin mí, no quiero que ninguno se quede por mí

-Alex…

-Hablo en serio Simon

-Está bien, contigo no se puede. Cuídate por favor

-Lo haré…_ ambos me miraron y yo a ellos y salí de la habitación directo al piso de abajo. La puerta principal estaba abierta, vi hacia afuera y Andrés estaba montando las maletas en la camioneta

-Alex, segura que vas a estar bien?_ voltee y era Adriana

-Seguro, váyanse ustedes, tú lo necesitas más que yo. Yo tengo mis métodos de sanación_ me abrazó fuertemente

-Cuídate mucho

-Igual tu_ salió por la puerta y bajó hasta la camioneta de Andrés. Me despedí de Andrés con la mano y una sonrisa débil. Simon y Vanessa bajaron y les di un beso en la mejilla a cada uno_ Tráiganme algo de Canadá_ les sonreí débilmente y bajaron a la camioneta y cerré la puerta de la casa suavemente. Me recosté de ella, respiré profundamente y miré a mi alrededor. Al fin estaba sola. Fui directo a la cocina a preparar algo para desayunar, preparé unas panquecas con Nutella. Comí lentamente, apenas podía masticar, miraba fijamente a través de la ventana trasera de las cocina, pensando en Adam, ahora él se había convertido en un fantasma. Era impresionante como había pasado el tiempo, ya yo tenía un año viviendo en Sioux Falls y habían pasado tantas cosas en ese año que comparar un antes y un después sería brutal.

Me sentía mal y estúpida a la vez, no me gustaba sentirme deprimida, sentía que alguien había muerto, y en efecto así era de cierta forma, Chris había fallecido, había dejado de vivir entre nosotros para pasar a pertenecer a la corte celestial, quien sabe con qué cargo, era extraño imaginarse algo así. Me sentía vacía al no verlo en mis clases de recreación y esparcimiento, ya las clases tenían 1 semana de haberse terminado así que técnicamente estaba de vacaciones, aunque dentro de una semana más iba a empezar el semestre de verano en la universidad igual que el año pasado, ese sería mi 3er semestre en la universidad. Un 3er semestre sin Adam en mis clases; mi mundo había cambiado en un 90% quizás más, no lo sabía con exactitud, pero sin duda ya yo no era la misma. En el único lugar donde tenía que fingir alegría y tratar de sobreponerme a mi humor convencional era en mis clases con los niños. <> era una pregunta que me hacía frecuentemente <> <> sentía que no podía vivir sin él, lo extrañaba demasiado. Como logré amarlo tanto? Era un amor tan complicado de sentir y manifestar, siempre recordaba lo que Adam me dijo ese día que se marchó cuando le insinué que me convirtiera <<…. Convertirte en vampiro? No sabes lo que dices Alex. Nunca haré algo así. Te imaginas vivir eternamente de sangre? sentir que enloqueces de sed cada vez que un humano se te acerca? Que tu alma le pertenezca al infierno? Vivir en la oscuridad?[…] Alex, si tú supieras cuanto te necesito yo a ti, si sintieras al menos un poco de lo que yo siento, enloquecerías, no lo soportarías. Te amo más que a nada en este mundo, y daría mi vida (si la tuviera) por ti. Es por eso que quiero que estés bien, que vivas una vida normal….>>

Amar a alguien con la cual no podías estar era terrible, y lo peor es que no era un situación normal, eso lo hacía peor, Adam tenía toda la razón cuando decía que estaba loca cuando le insinué que me convirtiera, ni siquiera estaba segura de lo que estaba diciendo, no podía ser tan irracional e inconsciente de convertirme en un vampiro solo por estar con él, y que había de lo demás? Mis hermanos morirían del dolor al verme así, mis padres, mis amigos, se que nunca lo permitirían, porque si fueran mis hermanos los implicados, por ejemplo Adriana la que decidiera convertirse en vampiro para estar para siempre con Sam, yo no se lo permitiera, nunca permitiría que vendiera su alma al diablo para estar con alguien, antes de eso prefería verla muerta.

Me dispuse a limpiar la casa ese día, siempre que estaba triste me daba por limpiar y escuchar música. Bajé al sótano a buscar la escoba, coleto y tobo y a poner una ropa en la lavadora, vi hacia la ventanilla que había en el sótano y había dibujado justo debajo de ella “La trampa del diablo” que supuse que Peter había dibujado aquella noche que nos estábamos protegiendo de los demonios, la hubiera borrado si no me hubiera venido a la mente que les debía demasiado a los demonios y vampiros y era mejor dejarla para asegurarme que no fueran a entrar a la casa para tomarme por sorpresa.

Subí y puse música en el estéreo mientras barría la sala y quitaba el polvo de los estantes de madera y las mesitas, me sentía ridícula, cada rincón de mi casa me recordaba a Adam. Me detuve en seco cuando vi los muebles de la sala, recordé el día que Adam anunció nuestro noviazgo ante Andrés y Adriana, todo pasó tan rápido y de repente que nunca me dio tiempo de procesarlo. En ese momento me reprochaba a mí misma, a mi memoria, en ese tipo de momento odiaba tener una memoria tan perfecta, recordaba la mayoría de las cosas con una exactitud asombrosa.

Sentirme deprimida no era mi estado normal, por el contrario, siempre trataba de tapar cuando estaba triste por alguna cosa, pero yo siempre creí que vivir el duelo, la depresión era lo mejor, porque sería todo de una sola vez y no por partes, era mejor vivirlo y sufrirlo cuando estaba sucediendo y no dejarlo para después, por eso decidí quedarme sola esa semana, era tiempo suficiente para pensar, llorar y gritar sola, sin afectar a nadie.

Terminé de limpiar la sala y la cocina en cuestión de minutos, la casa no estaba sucia en realidad, puse todo en su lugar y vi el bar del pasillo, decidí tomar una botella de vodka y un vaso pequeño, puse música romántica y suave en el estéreo, era perfecto para el despecho, con letras de amor, me senté en el suelo recostada de la pared y empecé a beber vodka puro. Recordé cuando Adam me besó en la laguna y cuando vino a buscarme a la casa cuando nos hicimos novios, los recuerdos me golpeaban brutalmente, fue cuando entonces recordé la noche de mi cumpleaños cuando vi sus ojos, sus colmillos; la noche que se quedó conmigo en mi cuarto que nos estábamos besando y vi que sus ojos se pusieron rojos <>.

Ya había perdido la cuenta de cuantas copas llevaba ya la cabeza me daba vueltas, me sentía peor, cualquiera que me viera saldría corriendo de inmediato a ayudarme, pensaría que estaba realmente mal, y en realidad lo estaba. Se cambió la canción y empezó a sonar “Always be my baby” de David Cook, dicha canción era tétrica para mí en ese momento y rompí en llanto, caí acostada en el suelo

-Adam….! Por qué Adam…..!?_ gritaba mientas lloraba desconsoladamente, sentía que mil puñales atravesaban mi pecho, quería desaparecer en ese momento del planeta, me sentía desdichada, marchita. Pasé unos minutos en ese estado

-Alex….?_escuché una voz masculina que me llamaba

-Adam?

-Alex…..?_vi hacia el lado derecho buscando la voz que me llamaba, cuando logré ver por fin quien era_ Alex….! Oh por Dios!

-Simon que haces aquí?_ Simon corrió de inmediato hacia mí y me sentó, no podía mantenerme firme, debía ser por lo tanto que tomé

-Y en realidad creíste que te iba a dejar sola? Estás borracha…._ dijo con algo de repugnancia

-Vete Simon, déjame sola, quiero estar sola…

-Ni lo sueñes, mírate nada más…. Por qué tenías que llegar a esto?_ me quedé mirándolo directo a los ojos por unos segundos en silencio

-Por qué se fue Simon? Por qué me dejó sola? Por qué es lo que es….?_ rompí en llanto otra vez, Simon me abrazó fuertemente

-Lo importante no es quienes se van sino quienes quedamos Alex. Tranquila que yo estoy aquí…._ me abrazaba con fuerza, me sentía segura en sus brazos, me acarició la parte trasera de la cabeza, haciendo ruido en susurro en mi oído derecho para que me calmara, como se serena a un bebé. Se sentó a mi lado en el suelo, y yo me tendí en sus piernas mientras él me acariciaba el cabello

-Tú nunca me vas a dejar Simon, verdad?

-Te lo juro por mi vida que no

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