lunes, 28 de noviembre de 2011


Capitulo 6
A través del tiempo

            Siempre pensé que regresar a San Francisco, significaría un riesgo. Teóricamente nadie nos conoció en el tiempo que vivimos allí, ellos que fueron lo que duraron más tiempo, aseguran que nunca socializaron con algún vecino o alguna persona que significara amenaza. Las casas anteriores en El Camino del mar, no las vendieron como pensé, creo que desde el momento que partieron a Albacete ellos se fueron con la idea de volver, y según Adriana, ya era el momento de hacerlo. Ya llevaba con esta, 5 mudanzas sin contar cuando me vine de Venezuela, pero digamos que esa fue voluntaria y 100% planificada, no porque estuviera huyendo de algo o alguien, aunque básicamente no estábamos huyendo de nadie, sino como decía el señor Douglas “Conociendo nuevos destinos”, vulgarmente estábamos siendo como gitanos, todo por mantener nuestra identidad vampírica oculta.
            La conversación con Adriana, pero sobre todo la que tuve con Chris días anteriores, me había dejado muy pensativa, la verdad me costaba concentrarme en el algo. Haber “apagado mis emociones” no era algo plenamente voluntario, suena como si tuviéramos un suiche que subimos o bajamos a nuestros antojo, pero era algo más complejo y extraño de explicar. En efecto si se siente, lo que cambia es que no dejas que esos sentimientos influyan en ti. No era capaz de sentir alegría, ira, tristeza, la nostalgia apenas rozaba mi corazón; creo que eso era posible gracias a que carecías de alma, ya no era tuya, aun puebla tu cuerpo pero no te pertenece, supongo que eso lo hace más fácil de manejar.
            Todos eran básicamente felices, menos yo, o eso parecía; la familia Adams continuaba con su estilo de vida de hace siglos, Adriana y Sam eran una familia peculiar, un chico de 26 años, con una mujer de 41, era un poco bizarro la verdad, por eso nunca dijimos que ellos sostuvieran una relación sentimental, solo que Adriana era hermanastra de la señora Julia. Adam y Sam sobrinos políticos del señor Douglas, y yo era sobrina de Adriana…. Si bastante compleja la explicación.
           
Pisar de nuevo San Francisco, era una sensación extraña, todo estaba exacto a la ultima vez, sentía un vacio en el estomago, una inquietud. Al llegar a la puerta de nuestra casa, la miré unos segundos subiendo la ceja izquierda. El camión de la mudanza llegó al día siguiente, ocupamos 2 días en arreglar la casa por completo, la señora Julia había mandado a pintar la casa de otro color en el interior, ahora las paredes eran color salmón claro con detalles en blanco, la sala era blanca, con muebles salmón, todo estaba perfectamente contrastado, era como estar en una nueva casa, eso me agradaba. Ocupamos nuestras habitaciones anteriores, solo que Adriana y Sam ocupaban una sola habitación.
Al pasar una semana, ya todos estaban ubicados en sus nuevos empleos, el señor Douglas se había convertido en el nuevo director de High School Abraham Lincoln, haciéndome a mi jefa de planificación y subdirectora, algo bastante grande para una simple chica de 24 años. Mis estudios los culmine en Buenos Aires, pero debido a nuestra existencia extraordinaria, teníamos que alterar documentos cada vez que nos mudábamos, todos 100% legales, solo cambiaban fechas y algunos números, teníamos aliados en el Departamento de Justicia del gobierno estadounidense, para cuando nos tocaba cambiar nuestros documentos de identidad, inmigración y todo el asunto. Sam se había convertido en psiquiatra, Adam continuo con su taller para autos, esta vez compro uno más grande, el no soportaba ser el subordinado de nadie. Adriana era Abogada ya hace varios años atrás, era de las buenas y recias, había conseguido empleo en el ayuntamiento  como abogada del estado de California. Es impresionante todo lo que se puede lograr en 1 semana; Sam aun estaba estudiando donde podía montar su consultorio.
Desde hacía varios años atrás, había tenido la necesidad de hacer ejercicios a diario, era una forma de liberar adrenalina, de drenar la desesperación que a veces se me acumulaba, de dejar salir mi frustración, me encantaba correr, pero me gustaba más cazar era instinto.
Luego de llegar de mi primer día de trabajo, me eché una ducha larga y tibia, salí a mi habitación y miré al exterior, el sonido de una ola chocando contra una roca llamó mi atención, abrí mi closet, me puse un mono Adidas negro, unos tenis blancos, una franelilla blanca con una chaqueta deportiva negra con detalles en gris, tomé mi celular y salí de mi habitación directo a la calle echándome a andar en sentido oeste, vi hacia los lados y no había nadie y me eché a correr a velocidad sobrenatural hasta llegar  al centro de la ciudad, caminé por Hayes street y doble enseguida a Gough street, mientras observaba las típicas casas de San Francisco, pegadas una al lado de la otra. Caminé y caminé hasta que llegue la Market street, ya las calles empezaban a desolarse, consulté mi reloj y ya iban a ser las 10.40 p.m., me detuve en una esquina a esperar que el semáforo cambiara, cruce la calle, doblando a la izquierda, caminé varios pasos cuando vi a un par de sujetos delante de mi con actitud un poco sospechosa
-…fíjate en la ropa que trae…
-Tú lo intimidas mientras yo le quito lo que traiga encima. Si se pone bruto, ya tu sabes lo que tienes que hacer…_ hablaban de alguien que iba adelante
-Es solo un niño! Que me puede hacer? Morderme…?_ al parecer se dieron cuenta de mi presencia porque voltearon, pero yo me escondí detrás de un carro rápidamente, continuaron su paso tras el niño, era de unos 12 años, llevaba unos jeans anchos y una chaqueta verde oliva, con una mochila en su espalda, iba entretenido con un PSP y unos audifonos, por lo que pude ver. Me fui detrás de ellos discretamente. El niño se detuvo en una parada de autobús y en seguida lo abordaron los sujetos
-Déjenlo en paz…_ dije serenamente. Los tipos se sobresaltaron y voltearon hacia mí y se rieron algo nerviosos, caminé hacia ellos y uno me sacó un arma apuntándome, el otro tomó al niño de mala manera por la chaqueta, también apuntándolo con el arma, continué caminando hacia ellos
-Quédate en donde estas o disparamos_ me dijo uno de ellos, el niño estaba asustado, tenía los ojos llenos de lágrimas, temblaba, podía escuchar el latido intenso de los corazones de ellos tres
-Dije que lo dejaran en paz, si no quieren tener problemas conmigo_ ambos se rieron a carcajadas
-Una flaca débil, de paso extranjera, totalmente indefensa. Eres policía?
-Desgraciadamente para ustedes no_ volví a caminar hacia ellos con paso firme, el que estaba solo me disparó en la pierna y otro en el pecho, la verdad dolió, pero era como un pellizco para mí, me detuve a ver la herida
-Ouch…_ dije con falsedad y sonreí, continué caminando, los dos hombres, incluyendo al niño me miraron con desconcierto. Tomé al hombre que tenia de primero que era el libre y lo golpee fuertemente y le quité el arma
-Si te acercas, mato al niño
-Si matas al niño, tú y tu compañero mueren_ corrí hacia él y lo aparté del niño, llevándolo al lado del otro, ambos luchaban por liberarse de mis manos. Mis colmillos empezaron a sobresalir, sentía las venas brotarse y mi sangre comenzaba a arder al igual que mi garganta, estaba dispuesta a acabar con ellos
-Alex!_ era la voz de Adam. Fruncí el ceño y subí la ceja izquierda, solté a los hombres, estaban temblando de miedo, Adam tomó a uno, yo tuve que agarrar a el otro para que no huyera_ Vuelve a tu maldita casa, con tu compañero, olviden que esto paso, y no vuelvan a hacerle daño a nadie!_ dijo Adam viendo a los ojos a el hombre que sujetaba, este asintió
-…vete a casa, olvida esto, si vuelves a tan siquiera vuelves a pensar en hacerle daño a alguien, no correrás con tanta suerte. Largo!_ le dije al otro haciendo el mismo procedimiento. Ambos se fueron de inmediato, volteamos y el niño estaba parado donde lo dejé inmóvil, temblando, pero con algo de asombro en su rostro_ Tu niño, que diablos haces fuera de tu casa a esta hora?_ le dije de mal humor
-Son vampiros?_ dijo con una mezcla de fascinación y miedo
-Te hice una pregunta…_ dije obstinada
-Digamos que me escapé de casa por unas horas, mi tía no se ha dado cuenta
-Cómo te llamas?_ le dijo Adam
-Dylan_ le respondió, el niño continuaba sin moverse. Adam se acercó a él
-Bien Dylan…_ lo tomó por los hombros
-No! Por favor no, no me hagan nada. Siempre supe que ustedes existían. No me hipnoticen, o me hagan olvidar, yo guardaré su secreto, por favor_ fruncí el ceño ante aquello, Adam volteo a verme, tenía la misma expresión
-No somos nada, asumamos que somos superhéroes, tienes que volver a tu casa niño, nada de escapadas, eso no está bien
-Está bien, está bien. Pero por favor confírmenme lo que son
-Si somos vampiros, y bebemos sangre humana, no hagas que nos alimentemos de ti_ fui hacia el niño, quite a Adam y tomé al niño por los hombros_ Te vamos a llevar a casa, vas decir que te escapaste, vas a asumir tu castigo, y nunca más vas a volver a hacer algo que preocupe a tu familia, te vas a portar bien, vas a olvidar que viste vampiros reales. Entendido?_ el niño asintió_ Bien, hecho…_ le dije Adam, mirándolo con algo de obstinación, su expresión no era muy amable tampoco.
Fuimos hasta la calle Girard a una casa azul claro, con detalles en blanco, hasta allí nos había guiado Dylan, bajó Adam con el niño del taxi, yo no quería bajarme, tocaron la puerta, en seguida abrió una mujer de unos  30 y algo, se notó que regañó al niño, entró algo triste
-Qué pasó con Dylan, Annie?_ oí una voz masculina, que me fue muy familiar, provenía del interior de la casa, me dio curiosidad, y me bajé del auto, me paré al lado de Adam inmediatamente
-Muchas gracias por traerlo de vuelta, fue muy cortés de su parte, señor…?
-Adam, Adam Vangarret. La verdad fue ella quien lo encontró_ me señaló, sonreí con desgano
-Annie, que sucede?_ vino un chico trotando a la puerta que estaba abierta a medias. Al darme cuenta de quién era, casi hace que me desmaye, de hecho me tambalee, Adam me tuvo que atajar en el aire
-Alex? Te sientes bien…?_ me abrió exageradamente los ojos, el también se dio cuenta de quién era
-Señorita… Le sucede algo?_ se acercó a mí el muchacho, pero voltee la cara de inmediato
-No! Estoy bien…_ salí corriendo por la calle. Adam fue tras de mí en seguida
-Alex espera!_ continué trotando, las lagrimas empezaban a correr por mis mejillas. Adam me alcanzó, me tomó por el brazo y me detuvo
-Es él Adam, es él…_ dije llorando desesperadamente, no sabía si de rabia, tristeza o alegría
-Sí, yo también me di cuenta…_ dijo con algo de tristeza mientras me abrazaba firmemente
-Cómo es posible que pueda verlo, después de tantas cosas, tanto tiempo? Está exacto, no lo puedo creer…
-Hasta donde veo, él es el único que puede volver hacer de ti, el ser maravilloso que solías ser, tenía tiempo sin sentirte cerca. Tengo que aceptar que Simon es el único que te puede devolver tu humanidad

lunes, 21 de noviembre de 2011


Capitulo 5
20 años después

     Quería correr sin detenerme en horas a ver a donde me llevaban mis pies. Mientras corría a velocidad normal de un mortal, las lagrimas no dejaban de salir, se me resbalaban una detrás de la otra por las mejillas, para mi la situación era al revés, mi familia había muerto, y si, en cierta forma así era, de igual forma si yo era la muerta o ellos, no los podría ver a ellos nunca más ni ellos a mi, nos perdimos unos a los otros y eso era infinitamente triste. Lo único que quería era desaparecer, chasquear los dedos y desaparecer mágicamente, no quería a nadie cerca de mi en ese instante, quería soledad absoluta. Me detuve y paré el primer taxi que vi
            -A El Camino Del Mar por favor, lo más rápido que pueda…_ el chofer condujo a una velocidad promedio de 120km/h en la autopista, y 80km/h en las avenidas, ya que era lo permitido.
            Llegué a mi casa y le pedí al taxista que me esperara, subí corriendo a mi habitación, saqué un bolso viajero grande que tenía en el closet y meti la mayor cantidad de ropa que podía, y una maleta pequeña. Alisté todo rápido antes que alguien llegara y me detuviera; tomé un papel y un lápiz de la gaveta de mi peinadora




Me fui a alguna parte del mundo, estoy bien, por favor no vayan tras de mí, necesito estar SOLA. Yo los llamo para avisarles como estoy.

                                                                                                          Alex

Bajé las escaleras apurada, deje la nota encima de la mesa de madera que estaba en la entrada y salí de mi casa, montándome nuevamente en el taxi, pidiéndole que me llevara al aeropuerto. A donde me iba? Buena pregunta, pero era algo que decidiría en el camino. Que si estaba segura de lo que hacía? Eso la verdad no lo tenía claro, era solo un impulso que a lo mejor con el tiempo me arrepienta. Llegamos en 20 minutos aproximadamente, al ver las grandes puertas del aeropuerto, me quedé en blanco por un instante, caminé en línea recta, me detuve en cuanto vi el panel de aerolíneas, cerré los ojos inmediatamente <>, abrí los ojos y conté el tercer puesto, era AIR EUROPA, al parecer mi destino próximo seria un país europeo. Me acerqué a la chica que estaba en el front desk
-Buenos días, será que tienes disponible para el primer vuelo?
-A donde señorita? España?_ con una voz suave y refinada típica de secretaria de oficina
-Ehmmm si, España_ que irónico, precisamente a España. Compré el boleto del primer vuelo que salía en menos de 2 horas. Llegué al aeropuerto de Barajas en Madrid, me sentía extremadamente extraña, estaba seria, representaba muy bien mi papel como vampiro. Al salir del aeropuerto, tomé un taxi en la avenida La Hispanidad
-Señorita a donde se dirige?_ el chofer me preguntó con el típico acento español. Me quedé en blanco por unos instantes_ Señorita?_ brinqué
-Me puede llevar a Albacete?
-Desde luego que si… serían 2 horas y media de viaje_ <> Era tiempo suficiente para pensar que iba a hacer cuando llegara a Albacete. Por qué Albacete? No lo sé, digamos que activé mi GPS mental y fue una de las ciudades más cercanas a Madrid que encontré.
Tuve que apagar mi celular porque apenas estuve en el aeropuerto de San Francisco, no dejaba de sonar con llamadas de Adam y Adriana. Al entrar a Albacete le pedí al conductor que se detuviera en un lugar para comprar el periódico, fui a los clasificados y había una mujer de 30 años en busca de roommate, en un apartamento en la calle Ibañez Ibero. Llegamos al edificio y llamé al intercomunicador, bajó la chica de 30 años, de complexión gruesa, pero de rasgos delicados, blanca como la nieve, cabello castaño claro, con rulos
-Sois Alexandra?_ preguntó con una media sonrisa, afirmé con la cabeza totalmente seria. Me invitó a subir era el primer piso_ Os puedes contar de donde sois?
-Venezuela, pero ahora vengo de Estados Unidos, estuve viviendo allá
-Oh! Una chica internacional, eh…?_ sonrió mostrando simpatía, esperando que yo al menos sonriera, pero no lo hice, eso creo que la incomodó_ Por qué os viniste de Estados Unidos?_ no quería preguntas de ninguna clase, la miré fijamente a los ojos sin pestañear
-No quiero más preguntas, seré tu nueva roommate, no debes decirle mi nombre a nadie, mucho menos si te lo preguntan, solo dirás que soy reservada y pago al día_ ella se quedó inmóvil mirándome y asintió enseguida apenas terminé de decirle todo aquello
-Bienvenida entonces!_ sonrió abiertamente. Se levantó y me señaló una puerta blanca a inicio de pasillo_ Esa será tu habitación, podéis utilizar todo lo que está en la casa, aquí tenéis tus llaves, me podéis pagar en dólares hasta que consigáis empleo y me podáis pagar en euros, vale?_ asentí sin ni siquiera mirarla.
Entré a mi nueva habitación, era gris pálido con detalles en blanco, era pequeña la verdad, y ahí entendí que los europeos eran muy simplones, por lo menos en lo que a decoración se refería.
Conseguí empleo en una preparatoria, igualmente dando clases de geografía, duré 1 mes y medio sin ser detectada por Adam, Sam, Adriana o los Adams, me hallaron. Adam fue en mi búsqueda, me negué a regresar. Mi humor había cambiado en un 70%, ya no socializaba con nadie, más que para responder preguntas en clase, o para comprar algo en el supermercado, la verdad ya con 2 días dictando clases los alumnos me había catalogado de “gruñona”, la sonrisa se me había esfumado, cazaba interdiario, me tocaba asaltar los centros médicos de toda Albacete, mi sed se incrementaba. Todos se mudaron a Albacete, pero me negué a vivir con ellos, no quería nadie cerca de mí, nadie con quien estuviera mezclada sentimentalmente.
A los 8 años nos mudamos a Buenos Aires, duramos allí 6 años, Vanessa escogió el siguiente destino que fue Vancouver. Casi todos los días tenía problemas con Adriana o Vanessa, mis sentimientos se habían bloqueado, algo dentro de mí se había apagado. Al año de estar en Vancouver, mi madre murió de un ACB, Adriana tuvo que viajar a Venezuela, me había puesto más violenta, la muerte de mi madre había agregado una gota más al vaso que continuaba rebosándose.
5 años después…
Llegué de cazar a media noche, venia con la ropa llena de sangre, había conseguido un venado en las montañas, ya no tenía piedad de matar animales si quiera
-Alex quiero charlar contigo…_ dijo Adriana con plena seriedad, ya mi hermana estaba maltratada por el tiempo, ya tenía 42 años ya, lo increíble era verla aun con Sam que tenia la misma apariencia desde el día que lo conocí, su amor no había disminuido ni un poco
-Adriana de una vez te advierto que no quiero nada de dramas
-Puedes solamente escuchar!?_ subí la ceja izquierda y me le quedé observando_ ya han pasado 20 malditos años desde que falleciste, 5 desde mi mamá también lo hizo y 22 desde Andrés y Simon. Tanto tu como yo hemos perdido en esto Alex, pero tu decidiste rendirte, fíjate en lo que te has convertido…
-Esto no es voluntario, esto lo decidieron por mi
-No me refiero al vampirismo, si no mira a los Adams, tu tomaste el camino más fácil, apagaste tus emociones, no socializas, nadie te quiere aparte de nosotros…_hizo una pausa para tomar aire_ lo que quiero decir con todo esto, es que no puedes seguir así, tienes que volver a ser la Alex de siempre, “vive” así estés técnicamente muerta, vuelve a sonreír, a sentir, Adam no hace más que velar por ti
-Yo no le he pedido que lo haga
-A eso me refiero, no estás dejando que nadie se te acerqué, te tenemos prácticamente obligada con nosotros. Solo quería decirte que queremos regresar a San Francisco. Como es mi turno de elegir, yo quiero vivir en San Francisco, tú decides si te quedas sola aquí en Vancouver o en cualquier parte del mundo, porque así estés con nosotros físicamente, vas a estar sola porque tu así lo decidiste._ se apartó de mi vista dejándome sola.
Subí a mi habitación, apenas abrí la puerta vi un niño sentado en mi cama dando la espalda hasta la puerta, eso me puso en alerta
-Quien eres…?_ pregunté con autoridad pero no respondió_ Te pregunté quién eres niño? Que haces en mi habitación?_ se levantó y giró su cuerpo lentamente, mi corazón dio un vuelco a ver de quien se trataba
-Hola Alex…_ dijo inexpresivo
-Chris? Que haces aquí?
-Solo vine a charlar contigo…
-Déjame adivinar… Adriana te lo pidió?
-Tengo desde el momento que morí observándote Alex, a pesar que no seas de mi incumbencia. No sabes cuánto lamento lo que te ha sucedido
-No más que yo…
-Por qué tomaste este rumbo?
-Quieres que te sea sincera?
-Por favor…
-Todo es más sencillo así, no sufres, porque simplemente no sientes_ se cercó un poco
-Y pensaste en que sentían los demás? Solo pensaste en tus sentimientos. Tu nunca fuiste así…_ abrí la boca para decir algo_ y no me importa que seas vampiro ahora, sabes que eso no influye del todo en tu personalidad actual, solo te da herramientas para ser un monstruo, y créeme que estás muy cerca de serlo. Piensa bien lo que estás haciendo, si no las cosas se van a complicar para ti de otro modo… solo piensa…
-Pero…_ desapareció

lunes, 14 de noviembre de 2011


Capitulo 4
Muerta por segunda vez

            Durante las próximas horas estuvimos ideando la mejor manera de decirles a mis padres y hacerle saber a mis seres queridos que había fallecido, así dejarían de buscarme, en ese grupo de seres queridos entraban los Morris, llámese Simón y familia, ya Verona había llamado para saber como habíamos llegado a San Francisco, y sabia que iba a seguir en contacto, porque de cierta manera Verona y yo habíamos establecido una buena relación, entonces para evitar que me buscara o incluso le diera por verme en algunos años y me viera exactamente igual físicamente a como estaba la ultima vez que me vio.
            Pasaron dos días, y esa mañana Adriana decidió llamar por teléfono a nuestra casa en Venezuela, yo no sabia si llorar, si gritar, la verdad tenia un nudo en la garganta y una sensación de inquietud muy desagradable
            -Papá…?_ dijo Adriana un poco dudosa, Sam le hacia señas para que se relajara un poco_ Es Adriana…_ hizo una pausa, me imagino que papá la estaba saludando_ Ay papá pasó una desgracia…….Alex tuvo un accidente anoche…._ pasaron como 2 segundos y Adriana se llevó la mano a la boca dejando libres unas cuantas lágrimas_ chocó contra un camión, estalló en llamas en seguida…_ la desesperación se estaba apoderando de mi_ murió por las quemaduras, fue en casi a media noche….no lo sé papá, no lo sé…._ Adriana me dedicó una mirada, ya estaba hiperventilando, yo sudaba, las manos las tenia inquietas al igual que mis pies_ mañana será el velatorio, la sepultaremos pasado mañana, dando chance que lleguen ustedes……no papá, no da tiempo de trasladarla hasta allá, su cuerpo quedó casi calcinado, muy deteriorado…._ Sam se colocó a su lado tomándole la mano que tenia libre dándole apoyo_ por favor tranquiliza a mamá, se que es duro…. Los espero mañana, avisen cuando salgan de casa y la hora de su vuelo….está bien papá, yo estoy aquí con Sam, Adam, Vanessa y su familia, Adam se ha hecho cargo de todo…. Está bien papá, adiós_ colgó la llamada
            -Qué pasó? Que dijo?_ pregunté inquieta
            -No tengo idea de cómo están, pero solo de imaginar que pudieras morir de verdad, me duele mucho Alex, no imagino como se deben sentir
            -Yo ya estoy muerta Adriana_ me levanté del mueble y salí de la casa, necesitaba aire fresco, sentía que me fallaba la respiración, que se supone que iba a hacer ahora sin mi familia? En realidad no era del todo mentira que había muerto, era cierto, solo que era un cadáver andante, una muerta con vida, algo bastante contradictorio.
            El señor Douglas tuvo que conseguir un cadáver, con más o menos mis características básicas, solo para montar el teatro porque no se iba a dejar el ataúd abierto porque se supone que estaba desfigurada por las quemadas; ya habíamos pagado la funeraria y la supuesta cremación.

            Eran las 4.36 p.m. del día siguiente, me miraba en el espejo, mientras me recogía el cabello, <> tocaron la puerta de mi habitación, abrieron en seguida, era Vanessa
-Estás lista? Ya Adam fue a recoger a tus papás al aeropuerto_ La verdad en lo que llevaba de día no había pronunciado palabra alguna, ni siquiera había salido de mi habitación. Tomé el bolso que estaba sobre mi cama, adentro tenia unas mudas de ropa y artículos personales, esas dos noches las pasaría en la casa de Vanessa, ya que mis padres se hospedarían en mi casa
-Vamos…._ bajamos las escaleras a paso acelerado, fui directo a la casa de Vanessa, Sam estaba con Adriana en la parte de afuera del a casa.
            Yo me quedé en la casa de Vanessa mientras ellos iban a mi funeral en la capilla La Misión, a la mañana siguiente seria mi cremación. La verdad estuve muy inquieta durante esas horas de soledad. Llegaron a eso de las 7.30 p.m., los escuché desde la habitación de huéspedes, salí de la habitación sin casi hacer ruido y fui hasta el pie de la escalera, agudice mi olfato y mi oído a ver si venia algún humano aparte de Adriana, pero no, todo parecía indicar que solo venían vampiros, bajé y al primero que me encontré fue al señor Douglas, traía la cara inexpresiva hasta que me vio, fue entonces cuando me sonrió
            -Hola bella…
            -Hola…_sonreí débilmente, en eso entro Vanessa y la señora Julia_ están allí?_ les pregunté
            -Si…_ sus expresiones era como si no supieran que decirme_ si te sirve de algo, fue muy bonito_ Vanessa hizo una pausa corta_ por cierto Andrew llamó confirmando que vendrían mañana temprano_  <> no quería más personas en mi funeral. Solo hice silencio
            -Voy a estar arriba…_ dije mientras subía las escaleras, entré a la habitación de huéspedes y tomé el teléfono marcando el numero de Adam, con el iba a ser mas sencillo hablar
            -Aló…?_ respondió con su típica voz grave, pero con algo de pereza
            -Adam soy yo, puedes hablar?
            -Como pasaste la tarde?_ recuperó la energía de su voz
            -Como crees…? Como están ellos?
            -Tu mamá está dormida, tu papá tuvo que darle un calmante, no han parado de llorar, inclusive tu papá. Adriana y Elizabeth han estado al pendiente de tu mamá, Sam y yo de tu papá. Mañana vienen compañeros de la universidad, Andrew con Verona y Simon y parte de tu familia
            Termine de hablar con Adam y me quedé inmóvil por unos segundos mirando hacia la nada prácticamente, cuando volví en si me asomé discretamente por la ventana que daba hacia mi casa, pero no vi movimiento, las luces estaban apagadas <> voltee enseguida, estaban abriendo la puerta
            -Alex….?
            -Qué pasa Vanessa?
            -Nada, solo quería ver que estuvieras bien
            -No quiero sonar patética, pero… se puede estar bien en esta situación?
            -Si lo se. Estas segura que quieres ir mañana? Aun me parece riesgoso
            -Lo haré discretamente, no te preocupes
            -Descansa, mañana será un día largo
            -Igual…_ dije mientras me acostaba en la cama y ella salía de la habitación

            Amaneció y yo ya estaba despierta, encendí el televisor esperando que al menos fueran las 7.00 a.m., puse las noticias y todo en el mundo estaba normal, huracanes en el sur del país, noticias políticas, protestas en otros países por pagos retrasados, en fin… la catástrofe mundial iba caminando a paso lento pero seguro, eso era algo que al parecer no tenia freno.
            Se hicieron las 6.45 a.m. y me levanté a darme una ducha, deje correr el agua por mi cuerpo totalmente fría, quería estar activa para todo lo que venia en el dia. Duré aproximadamente 20 minutos en el baño. Salí envuelta en una toalla y me puse los jeans negros desgastados que puse sobre la cama más una franelilla blanca, fui al espejo me peine, me observe unos segundo pero no quise maquillarse, después de todo iba a funeral, me puse por ultimo una chaqueta negra con capucha y salí de la habitación directo al piso inferior
            -Buenos días Alex_ me dijo la señora Julia en el pasillo, estaba igualmente vestida de negro, me sonreía amablemente
            -Buenos días Señora Julia_ me tomo por los hombros mientras bajábamos las escaleras
            -Alex ya creo que es tiempo que dejes de decirme SEÑORA, solo dime Julia, eres la mejor amiga de mi hija, vamos a pasar toda una eternidad juntas, eso te da derecho a ser menos informales con nuestro trato. Relájate un poco más con Douglas y conmigo_ en cierta parte era cierto aquello que me decía, de alguna forma ellos eran la representación de mis padres mientras viví en Sioux Falls, y me imagino que ahora lo serán con más motivos.
            “Desayunamos” todos en silencio, al terminar sonó mi celular, era Adam
            -Como amaneces?
            -Bien… mis padres como están?
            -Tu mamá amaneció mejor, no ha comido mucho, ha comido obligada prácticamente, tu sabes a lo que me refiero con “obligada”…
            -Ummmm ya…
            -Ustedes ya están listos?
            -Si, creo que solo esperamos por ustedes, yo ya me voy, mi taxi debe estar por llegar
            -Verona llamó que llegaba en menos de una hora
            -Bien… hablamos luego, pro favor no pierdas de vista y de cuidado a mis padres
            -No tienes que pedirlo y lo sabes…_ colgué.
             Sonó una corneta de carro dos veces en el exterior de la casa, debía ser el taxi
            -Ya me tengo que ir_ anuncie, tome unos lentes de sol y una gorra negra que había dejado encima de la mesa
            -Cualquier cosa nos estamos comunicando por celular_ me dijo el señor Douglas antes de salir. Me coloqué la gorra y los lentes saliendo de la casa y me monté en el taxi
            -Por favor al Cementerio Nacional de Golden Gate_ el chofer condujo a velocidad media, demoramos alrededor de 15 minutos, la entrada era imponente, al entrar pregunte al portero donde quedaba ubicado el sector  donde seria sepultada, nos adentramos en el inmenso cementerio, la vista se me perdía entre tantas lapidas. Le pagué al taxista y me fui hacia una especie de monumento arquitectónico, me senté pegada de la pared en el césped, con la gorra, los lentes de sol y la capucha de la chaqueta puestos, tal vez estar así llamaba más la atención, mi tumba estaba a unos cuantos metros de distancia, lo suficientemente alejada de la gente que me podría reconocer.
            Pasaron los minutos hasta que se hicieron las 9.30 a.m. cuando empezaron a llegar mis seres queridos, al primero en ver fue a Sam, seguido de Adriana, Adam, mis padres y Elizabeth, extrañamente Eduardo no estaba con ella, bueno eso pensé porque venia más atrás. La gente se fue aglomerando alrededor de mi tumba, vi compañeros de la universidad en Sioux Falls, dos tíos maternos y una paterna. Voltee hacia un lado y vi llegar a Verona, Andrew quien traía a Simon en un coche. Gracias a mi vista intensificada podía ver todo y a todos con nitidez, escuchar todo con nitidez.
            Todos tenia caras largas, mi mamá tenia los ojos hinchados, mi papá estaba como ido. En pocos minutos llegó el sacerdote, mi ataúd estaba encima de la lapida esperando ser sepultado. Abrieron unos cuantos paraguas negros, el sacerdote comenzó la misa típica de los funerales, mis padres lloraban desconsoladamente, Verona dejaba libres unas cuantas lágrimas al igual que Elizabeth y Eduardo. Sam abrazaba a Adriana, pero estaban inexpresivos al igual que los Adams, sentí que todo se me quebraba por dentro, empecé a llorar, no podía ver a mis padres así, quería correr hacia ellos y decirles que estaba aquí. Fue entonces cuando sentí la mano de alguien sobre mi hombro, voltee algo asustada, era Adam, y me abrazó, lo apreté contra mi llorando al ver esa nefasta escena, luego de un rato bajaron mi ataúd, y los trabajadores del cementerio empezaron a echar tierra sobre el. Mi mamá quería lanzarse sobre el ataúd, pero mi papá la tomó impidiéndoselo, sentía que iba a explotar, mi llanto se intensificó aun más, no resistí más y salí corriendo
            -Alex, espera….!_ oí a lo lejos a Adam

lunes, 7 de noviembre de 2011


Capitulo 3
Una mudanza



            Durante los siguientes dos días, recogimos nuestras cosas en la casa al igual que los Adams y los Vangarret, el domingo partiríamos a San Francisco, para ser sincera, siempre me había llamado la atención esa ciudad, sobre todo por el Golden Gate. Era un cambio brusco, San Francisco es soleado, estaba segura que me iba a gustar, pero también estaba segura de que iba a extrañar Sioux Falls, bueno no solo Sioux Falls sino muchas otras cosas de mi antigua "vida".
            Tener que despedirme nuevamente de Simon de forma definitiva era tortuoso para mi, sentía un dolor en el pecho bastante aturdidor, era algo mucho mas que algo físico.
            Ya habíamos trazado el plan que íbamos a ejecutar para fingir mi muerte, esto seria la primera noche en San Francisco, lavaríamos algunos cerebros para respaldar mi muerte, sin morir realmente, mi funeral seria en San Francisco, haríamos todo rápido, Adriana se iría una semana a Caracas para consolar a mama y papa y luego se regresaría a continuar su vida nueva.
            -Estas lista Alex?_ me pregunto Adriana desde la puerta de mi habitación mientras terminaba de colocar una sabana blanca sobre la cama
            -Si lo estoy, es hora de irnos_ le sonreí, le pase el brazo izquierdo por encima de sus hombros y salimos abrazadas de mi habitación. Bajamos las escaleras y la puerta estaba abierta, todo estaba cubierto por sabanas, la imagen era exacta a cuando llegamos por primera vez a esta casa. Los demás no estaban esperando afuera para irnos, eran alrededor de las 9.30 a.m., tomé las llaves que estaban encima de una mesa de madera, Adriana y yo salimos de la casa, Sam y Adam estaban ayudando a Vanessa a montar una caja en la maleta de su camioneta. El día anterior habíamos llevado nuestros autos a una agencia para ponerlos a la venta, compraríamos unos nuevos apenas llegáramos a San Francisco, solo nos habíamos quedado con la camioneta del señor Douglas, el seria el único que se iría por carretera junto con la señora Julia, nosotros nos iríamos en taxi hasta el aeropuerto. Sentía una especie de vacio en el estomago, podría jurar que hasta las manos me sudaban; ya era el momento de marcharme de Sioux Falls, algo que estuvo latente desde el momento que falleció Andrés.
Llegamos al aeropuerto mas rápido de lo que tenia en mente, debía ser porque no estaba concentrada en la vía. Apenas llegue al aeropuerto las voces, los latidos, el sonido de las ruedas de las maletas al andar, cualquier cantidad de ruido me empezó a atormentar; inhale y exhalé lentamente y profundo, cerrando los ojos logrando canalizar todo lo que pasaba a mi alrededor con éxito, pero eso no quería decir que dejaba de percibir los sonidos y olores, lo único que hacia al “canalizarlos” era evitar que me torturaran.
Bajamos nuestras cosas y fuimos directo a registrarnos y entregar nuestro equipaje para abordar el avión, la verdad llegamos un poco tarde. Al estar en el avión, ya con la nave andando lista para despegar, mientras las ruedas aun estaban en la superficie, veía la pista del aeropuerto, y unas gotas de agua empezaron a chocar contra el vidrio y a deslizarse por la velocidad. Cuando el avión dejo la superficie sentí como si estuviera en una montaña rusa, multiplicado por 10, creo que Adam se dio cuenta de mi reacción porque tomó mi mano en seguida y le dio un beso suave
-Tranquila…_ dijo casi en un susurro. Eso provoco una sensación peor la verdad, pero de alguna manera me sentía mas segura al lado de el.
Fueron casi 4 horas y media de viaje, bastante tiempo para estar dentro de un mismo país, pero todo el mundo sabía que Estados Unidos era el país mas grande de América, compitiendo con Brasil y Canadá. La verdad estaba “muerta” técnicamente, pero del cansancio, diría que el viaje me dejo secuelas en el cuerpo que no quisiera ni contar porque son bastante incomodas.
San Francisco, heme aquí, este iba a ser mi nueva ciudad para formar una vida, lo peor de toda la situación es que el proceso apenas empezaba, primero llegar a mi nueva casa, mi nuevo trabajo, mi nueva universidad, seguir adaptándome a esto de ser vampiro, y para colmo de todo, la noche del día siguiente ya tenia que estar muerta para mi familia y amigos.
El camino hacia la casa eran 30 minutos según el conductor del taxi, viviríamos cerca del Golden Gate, en la Av. El Camino del mar, bastante latino la verdad, eso era algo que me agradaba mucho; el sol ya empezaba a caer, todo era tan genial a simple vista, que hasta una sonrisa se me escapo. Llegamos a nuestra calle, la verdad era una zona de lujo, Adriana se mostraba mas expectante que los demás, incluso que yo. El taxi se detuvo en frente de una casa color pastel de doble piso con tejas rojas con un garaje bastante generoso
-          Esta es la dirección_ nos dijo el conductor. Nos bajamos del taxi, la sra. Julia venia en el taxi de atrás con Vanessa. Vanessa me miró mostrándose muy contenta al ver la casa.
-          Esta será nuestra casa, la de ustedes es la de al lado_ dijo la señora Julia. Voltee la cabeza hacia mi lado izquierdo, era una fachada de madera, camine hacia ella, tenia una puerta grande de cristal, era de dos pisos, se identificaba con el 890, tenia dos garajes por lo que veía, antes de que pudiera pedirlo Adam estaba detrás de mi
-          Qué te parece “nuestra” nueva casa?_ yo se por que resaltaba “nuestra” con tanto ahínco, desde ese día en adelante viviríamos juntos
-          Se ve… bien_ tomo mis hombros apretándolos suavemente, tomo mi mano derecha con fuerza halándome hacia la entrada de la casa, metió su mano derecha en el bolsillo de su chaqueta y sacó las llaves mostrándomelas un poco entusiasmado. Soltó mi mano para abrir la puerta de la casa, la abrió y me dejo pasar de primera, esa imagen me recordó a cuando llegamos a Sioux Falls, Andrés hizo el mismo gesto, casi idéntico diría yo, eso me causo un poco de incomodidad.
Al entrar en la casa, sentí un escalofrío, que no sabría exactamente si definirlo como bueno o malo. Las paredes eran color pastel, era bastante lujosa la verdad. La escalera la tenia a mi lado izquierdo, continué entrando con algo de timidez
-Que te parece la casa?_ me pregunto Adriana a mis espaldas
-Está muy bonita_ dije con total desgano
-Alex, que ocurre?_ me preguntó con el ceño fruncido
-Todo y a la vez nada…_ hice una pausa_ vamos a subir a elegir las habitaciones_ sonreí abiertamente, Adriana me correspondió, empezó a subir las escaleras corriendo, pero le pase por un lado casi tumbándola al suelo con mi velocidad de vampiro, y escogí la habitación que estaba al final del pasillo, era la habitación principal. Me detuve en la entrada de esa habitación y me recosté de la puerta esperando que Adriana llegara, pero hizo trampa, Sam la arrastró prácticamente
-Hey! Es trampa, soy la única humana en esta casa ahora, no se vale utilizar sus habilidades
-De algo me tienen que servir_ dije mostrando una sonrisa de victoria
Abrí la puerta de mi nueva habitación, era color verde pastel con detalles en madera blanca, la cama era inmensa, tamaño queen, igualmente de madera, tenia un edredón beige, a mi lado izquierdo antes de llegar a la cama tenia el baño y el closet, en frente de la cama un espejo grande con el marco en madera blanca y debajo un mueble de madera clara y vidrio con un televisión pantalla plana, ya ni sabia calcular de cuantas pulgadas seria. Al final de la habitación tenia una ventana a media pared con un mueble incorporado, con cojines exageradamente blancos, detrás de mi cama tenia un par de ventadas de los lados que ocupaban todo el alto de la pared y había un poster encuadrado de una mariposa encima de la cabecera de la cama, miraba todo con impresión
-De donde salió tanto dinero para comprar esta casa y todas estas cosas?_ le pregunté a Adriana que estaba a mi lado, su expresión creo que era peor que la mia
-Recuerda que nosotros tenemos mas de un siglo viviendo en este mundo y generando mucho dinero anualmente_ respondió Sam que estaba detrás de mi junto con Adam, ambos nos miraban sonriendo discretamente, bueno… ni tan discretamente