jueves, 3 de marzo de 2011

Capitulo 15

Cazar o ser cazado

(Por Adam Vangarret)

Luego de incendiar el carro de la chica, percibí que alguien me observaba, lo sentía, intenté olfatearlo pero no pude, porque enseguida la carretera se iluminó con las luces de una camioneta y decidí huir. Me interné en el Great Park, corriendo a toda la velocidad que mi vampirismo me permitía hasta llegar al Arrowhead Park, era un lugar seguro para esconderme, quedaba alejado de Sioux Falls a más de 3 horas de carretera, encontrarme allí sería difícil; era un buen lugar para acabar con un vampiro sin alarmar a los humanos.

Al día siguiente encendí mi celular y tenia miles de llamadas perdidas de Sam, Bea y Alex, además varios mensajes de texto y voz, pero no tenía la intensión de contestar ninguno. Pasé horas sentado en un árbol cerca del puente del parque observando el agua

-Pensando en lo que hiciste anoche…_ dijo una voz detrás de mi, voltee enseguida, era Miguel

-Hasta que por fin apareces…

-Creo que no era la manera correcta de llamarme…_ se acercó a mi, la gente que estaba en el parque parecía no percatarse de nuestra presencia

-Digamos que fue una medida desesperada_ dije de mal humor

-Actúas como humano, eso en cierta forma es bueno, sí solo no hubieras matado a alguien

-Bien, y que esperas para desaparecerme?_ dije con el miedo de que actuara rápido, pero eso sería lo mejor

-La única formas que puedas decidir como morir es si te suicidas, de resto no le exijas ni al cielo ni al infierno como terminar con tu vida

-Que me estas tratando de decir con eso?

-Que acabaremos contigo cuando queramos, mientras seguirás existiendo, no sin antes sufrir los daños que causaste_ no pude decir ni una sola palabra, porque ya Miguel había desaparecido, no parecía molesto, ni tenía expresión al decir todo aquello <> Ahora que se supone que debía hacer? Por lo visto matar a toda la humanidad no serviría de nada. Cuál sería mi plan b? era justo en que estaba pensando… fue entonces cuando encontré la respuesta <> era difícil, pero tenía que hacerlo.

Pasaron un par de días y no había bebido ni una gota de sangre, me fui a lo más profundo del parque para no percibir tanto la presencia de los humanos, la sed se estaba volviendo torturadora. Me tiré en el suelo, recostándome de un árbol a leer un libro muy antiguo, ya las páginas se caían pero era literatura vieja “El diario de Anne Frank” edición 1934; lo hurté de la cabaña abandonada que había cerca, bueno técnicamente no es hurtar cuando no tiene dueño, ya llevaba días allí y nadie había portado por ahí. Lei por varias horas hasta quedarme dormido.

<<…Estábamos en casa de Alex todos reunidos menos ella, celebrábamos nuestra boda, hasta sus padres habían venido.

-Adam ven aquí_ vino Adriana llevándome del brazo a la cocina discretamente

-Que sucede?

-Donde está Alexandra?

-Arriba, en el baño supongo_ no terminé de decirlo cuando Alex apareció mágicamente en la puerta de la cocina

-Continuemos con la celebración_ dijo sonriendo abiertamente extendiendo su mano derecha hacia mí, le devolví la sonrisa al igual que Adriana, pero ella lo hacía de forma falsa, incluso se puso nerviosa al verla, algo estaba mal con Alex evidentemente, se veía diferente, tal vez le hacía falta llevar un poco de sol, su mirada no era igual de hecho. Tomé su mano y nos fuimos de nuevo a la sala. Habia un sujeto que nunca había visto, pero no se distinguía su rostro, era borroso, estaba en una esquina de la sala, cerca de la ventana, no le quitaba la mirada a Alex de encima, la acerqué a mi torso, estaba helada_ Brindamos?_ sonrió nuevamente. Voltee a la ventana donde estaba el otro sujeto y ya no estaba, estaba detrás de nosotros sirviendo los vinos_ recuerda como debes servirlo_ dijo Alex en un susurro, fruncí el ceño sin entender, fue entonces cuando me hizo señas que le estaba hablando al sujeto incognito, segui sin entender. Entonces entre Adriana y él ayudaron a repartir el vino tinto, tomé una copa junto con Alex, pero el olor que percibí era de sangre, otras copas tenían vino, la de los humanos nada mas, se dio vino tinto para confundir a la vista de los humanos, pero mi sorpresa fue que Alex también tenía una de sangre

-Por la felicidad de Alex y Adam, que se que va a ser para siempre como en los cuentos de hadas, tu eres la princesa de tu propio cuento hija…_ dijo su mamá orgullosamente haciendo sonreír a todos en la sala incluso a ella, todos levantaron su copas

-Salud!_ se chocaron los cristales de las copas, Alex volteó hacia mi mirándome a los ojos, sus ojos eran fríos, vacios, malévolos, tomo un sorbo de su trago y aparecieron unas manchas de sangre en sus ojos…>>

Abrí los ojos violentamente, percibía un olor familiar cerca, el crujido de una rama al partirse fue lo que me despertó, en eso vino corriendo hacia mi alguien (un vampiro) era Bea, quien me sorprendió al darme un abrazo, pero aun sin entender la volqué contra el suelo con mi súper fuerza y velocidad

-Bea?_ sonrió y volvió a abrazarme fuerte_ pero como me encontraste?

-Instinto…_ sonrió de nuevo pero luego frunció el ceño drásticamente y me dio un puñetazo en la cara_ Por qué desapareces así? Dime que tú no tienes nada que ver con el asesinato de la carretera…_ voltee la cara luego del golpe, golpeaba muy bien para ser mujer y vampiro

-Si fui yo…_ si cara de rabia se transformó en tristeza

-Por qué lo hiciste?

-Las razones no importan, solo quiero dejar de existir, pero al parecer eso no se me puede conceder

-Ahora qué demonios!? Por qué quieres dejar de existir?

-Eso no importa

-No importa!? No importa tu hermano, Alex, tus amigos? Ellos están viviendo un infierno al no encontrarte y no sabes las consecuencias de lo que hiciste. Hay cazadores de La sociedad de Leopoldo buscándote_ eran cerca de as 6.30 de la noche, ya a esa hora el parque estaba desierto, era seguro que solo estábamos Bea y yo. Al menos eso creía hasta que percibimos un olor a humanos

-Viniste con alguien?_ Bea negó con la cabeza_ hay que ir a averiguar quien anda por ahí, vamos_ caminamos a nuestra velocidad sigilosamente cuando vimos un humano con una escopeta y una linterna caminando entre los arboles

-Son ellos…!_ dijo Bea con algo de temor, le tapé la boca con la mano ya que el sujeto percató nuestra presencia, solo que estábamos encima del árbol, nos movilizamos rápidamente y el chico empezó a disparar a los arboles sin tener un blanco, mientras nosotros nos deslizábamos entre los árboles, habían más de ellos

-Viste algo Hunter?

-Está aquí, está en los arboles_ los dos hombres y la mujer que había llegado miraron hacia los arboles apuntando con sus armas. Bea estaba varios metros de distancia_ Sigamos buscando, nadie sale de aquí hasta tener a ese vampiro en nuestras manos_ dijo el que parecía ser el jefe y siguieron caminando viendo hacia arriba. En realidad esta era mi oportunidad perfecta para morir, lo que me preocupaba era Bea, así que tendríamos que deshacernos de ellos para salvarla

-Que vamos a hacer ahora?_ dijo Bea en voz baja desde donde estaba

-Si ellos vinieron a cazarme, yo los cazaré a ellos_ vi a Bea y afirmó con la cabeza y le hice señas para ir tras ellos. Corrimos entre los arboles habilidosamente si casi hacer ruido siguiendo a los cazadores. Le dije con la mano a Bea que se detuviera, ya que llegaron a donde estábamos originalmente, hallaron mi libro

-Literatura antigua, típico de vampiros…_ dijo la mujer de mal humor_ sabemos que estás aquí Vangarret!_ le hice señas a Bea para que abordara al tipo que estaba cerca de ella, yo atacaría al jefe y luego al otro sujeto, mientras Bea mataba a la mujer.

Yo fui el primero en bajar, Bea me imitó, logramos matar a nuestras primeras victimas

-SON DOS! AQUÍ ESTÁN!_ gritó el hombre tomando su pistola al igual que la mujer, sonreí con sangre chorreándome de la boca al ver las armas y me dispuse a atacar al hombre, cuando sentí que algo se clavó en mi espalda produciendo mucho dolor

-ADAM!!! AHHHH!!!_ escuché a Bea gritar. Pero las flechas o lo que fueran no dejaban de penetrar mi espalda, fueron unas 5, hasta que fui cayendo poco a poco en el suelo perdiendo en sentido, me quemaba terriblemente, me sentía muy débil, era ajo en liquido y al parecer eran agujas con pequeños frascos donde lo habían metido. Miré hacia Bea y estaba tirada en el suelo. Se vinieron unos hombres encima de mí, saqué mis colmillos, tratando de atacarlos, y me dieron un balazo en el pecho, era una bala de madera, fue entonces cuando quedé totalmente inconsciente.

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